28 de abril -> amig@s -> nostalgia
Hoy es 28 de Abril de 2007, día de San Prudencio, patrón de mi provincia de Álava. No soy creyente, pero es uno de mis días favoritos del año. Es un día que para mí significa una sola cosa: amig@s, much@s amig@s. Es genial pasar el día en las campas de Armentia (lugar que para mí tiene un gran significado personal), coger algo para comer, algo para beber, darse una vuelta por el mercadillo y ver a la gente. Ir con un grupo de amig@s, encontrarse con otro, mezclarlos y pasarlo bien tod@s junt@s. Es uno de los días en que más disfruto de ell@s, y este año me lo pierdo por primera vez en mucho tiempo. Además es sábado y no estoy entretenido con cosas del trabajo sino que tengo todo el día para pensar en mis amig@s y echarles de menos. ¡Dios, cuánto les echo de menos! ¡¡DIOS, CUÁNTOS OS ECHO DE MENOS!!
Echo de menos a Ainhize y lo dispuesta que está siempre a apuntarse a todo; a Alberto Ibai y esos días que quedamos para ir a comer a un chino y resumirnos los útlimos 6 meses de nuestra vida entre el segundo y el tercer plato del menú; a Álex por lo malévolo que es, maligno como él solo; a Amaia y cómo habla de los jugadores más imbéciles de los rivales de nuestro equipo de baloncesto (sobretodo de uno que va de blanco...); a Angelillo-Zwikker y la cantidad de chistes y tonterías de cosecha propia por minuto que puede soltar; a Angelito por las risas que nos echábamos trabajando juntos en la excavación (my way Angelito, my way!); a César por la caña que me metía para que me divirtiese y no estuviese todo el día en casa (si me viese ahora... vaya bronca me echaba); a Cico y sus intentos por convencerme para que me pase a usar un Macintosh; a las guías y celadoras de la Catedral por toda la paciencia que tienen conmigo cada vez que aparezco por sorpresa con alguien para hacer una visita; y por supuesto a Iban por frases tan sabias como "Rafa, aporta soluciones, no problemas".
También echo de menos los "¿si o qué?" de Iñigo el de Tolosa; a Irantzu y su personalidad de piña; a Ismael, porque aquí nadie me llama Rafaniello ni Rafinger ni nada parecido; a Iván el de Miranda porque observaciones tan agudas como las suyas hay muy pocas; a Iván Guerrab porque cocina el mejor cous-cous al Norte del Estrecho de Gibraltar; a Ivonne y lo mucho que mejora su español año tras año y mail tras mail; a Jacopo, el italiano más vasco que hay; a Joana, porque hace tiempo que no nos contamos nuestras alegrías ni nuestras penas; a Jordi y familia (¡¿cómo estará ya Joel de grande?!); y a Josu porque a menudo me pasa que cuando hablo con él me da la sensación de que estoy hablando conmigo mismo por lo parecido que pensamos; a Jota y esos pikas de los viernes por la noche charlando sobre todo tema que se nos cruza por delante; a Laura de Basauri y su predisposición a escuchar; a Leyre porque en días como hoy se ríe mucho y da gusto pasarlos con ella; a Luc porque es una máquina de contar aventuras; a Maite porque me alegra saber de ella y lo bien que le va; a Marta de 'Sietoria' porque la pobre está pasando un periodo de inseguridad y me gustaría poder ayudarle más; y a Marta de 'Portinyent' y su marido y su perrito y su futuro... y su futuro, dejémoslo ahí porque aún no sabemos lo que será.
De Miren echo de menos esos 'me cago en su puuuuuta madre' y lo a gusto que se queda después de soltar uno; de la Monina de Astorga esa risa de niña buena que acaba de soltar una palabrota; de Montse sus 'hola putilla' y su buen humor eterno; de Natalia esos 'HOLA RAFITAAAAAAAA' que me dejan sordo cuando me contesta al teléfono pero no me importaría ensordecer escuchando eso; de Nekane su descomunal fuerza para seguir adelante con todo lo que se encuentre; de Néstor que está dispuesto a llevarme al aeropuerto un sábado a las 7 de la mañana aún habiendo trabajado el viernes por la noche sólo para poder despedirse de mí; de Noemi su apoyo incondicional a los suyos porque si un día te sientes mal sólo tienes que escucharle a ella que en un momento te dice todo lo que vales y te devuelve la sonrisa (si voy a Gran Hermano ella será quien me defienda en el programa de Ana Rosa, ya se lo tengo prometido); de Oskar lo alucinantemente listo y capaz que es de hacer su trabajo (y a menudo el de los demás) de manera sobresaliente; de Pablo su humor inteligente, superdotado diría yo; de Patri de Catalunya esa cara risueña y feliz junto a su 'hoja de arce' particular; y de Paula esos 'jo cómo mola' que aquí a nadie oigo y que me ayudaban a ver la vida de otra forma (más optimista) muchas veces.
Echo de menos a Pere por su forma de tomarse la vida, única e irrepetible; a Serena por su divismo oriental y su humildad napolitana; a Sergi por esas conversaciones del metal que tenemos sobre música; a Silvia de Iruña porque es una de las personas que más me sorprende cuanto más la conozco; a Silvia Icart porque tiene un corazón enorme y una humildad más enorme aún; a Sonia porque creo que es una de las personas que más me ha escuchado y más se ha alegrado por mí desde hace ya 7 años; a Stefania porque tiene la sonrisa más bonita que conozco (y por suerte la tengo fotografiada); a Txoros y Txuskin porque es un honor conocer nada menos que a dos habitantes del mejor pueblo del mundo
A tod@s ell@s les echo de menos y les quiero en cantidades industriales. Y en días como hoy siento nostalgia. Hay una película que he visto recientemente y que me ha gustado muchísimo. Se titula 'Princesas' y es del director Fernando León de Aranoa. Las protagonistas son Candela Peña (Caye, española) y Micaela Nevárez (Zulema, dominicana). Transcribo una parte de un diálogo:
Caye: ¿Te da nostalgia?
Zulema: ¿El qué?
Caye: Todo. La comida...
Zulema: Un poco.
Caye: Es rara, ¿no? La nostalgia. Porque tener nostalgia en sí no es malo. Eso es que te han pasado cosas buenas y las echas de menos. Yo, por ejemplo, no tengo nostalgia de nada porque nunca me ha pasado nada tan bueno como para echarlo de menos. Eso sí que es una putada.