Kamon aso. ¿Hola?
Después de dos semanas, estoy bien a gusto en Bahrein. Definitivamente me gusta este sitio, la capital Manama, la gente en general, el viejo-sucio-maloliente pueblo de Muharraq, las tiendas de los indios, los colores, la comida... Muharraq es el pueblo donde está el yacimiento, el Fakhro Amara. Hemos aprendido más cosillas sobre el proyecto después de conocer a otras personas qe están involucradas en otras tareas. El proyecto general de recuperación de la memoria del comercio de perlas tiene como objetivo ser candidato a ser un lugar declarado patrimonio de la humanidad de la UNESCO. El lugar donde estamos trabajando era un antiguo almacén para el comercio de perlas durante la primera mitad del siglo XX. Después se usó como locales para obtener y vender el zumo de los dátiles. Esperaba levantar una losa y encontrar millones de libras en perlas para así poder retirarme después de este proyecto, pero todo lo que encuentro son dátiles viejos.
El yacimiento está justo en medio del pueblo, rodeado de casas, calles con mucha vida, el zoco y muchas tiendas con todo lo que puedas necesitar. Durante las últimas 3 o 4 décadas ha sido una parcela abandonada con un edificio de mala calidad de varias fases cayéndose gradualmente. La gente está acostumbrada a pasar a través de él (y dejar basura) así que tienen curiosidad por lo que estamos haciendo allí. Recibimos visitantes ocasionales, jóvenes y viejos vecinos con recuerdos valiosos. Pero también periodistas u otras personas que participan en el proyecto. El yacimiento es enorme y en este momento somos 7 personas en el equipo, después de los dos nuevos miembros que llegaron el pasado fin de semana. Por suerte, tenemos un ejército de 30 trabajadores de Bangladesh que nos ayudan con las tareas más duras. Yo tengo que supervisar a la mayoría mientras hay otros ayudando a la chica polaca y otros miembros del equipo hacen otras cosas. Los chicos son bastante pequeños y parecen jóvenes, no especialmente fuertes y tienen que hacer el trabajo más pesado. Intento organizarles de una manera para que trabajen a la sombra cuanto más tiempo mejor pero eso es a veces algo difícil de conseguir (no hay mucho lugares a la sombre después de las 9 de la mañana). Además, tengo la impresión de que su empresa no les trata especialmente bien. Así que intentamos ser tan amables como podemos con ellos, haciéndoles sentir útiles y expresando nuestra gratitud (algo a lo que estoy seguro que ellos no están acostumbrados).
La comunicación con ellos es muy difícil ya que no hablan inglés en absoluto y no mucho árabe (nosotros tampoco hablamos árabe de todas formas...) Ya es difícil hacer a alguien entender en tu propio idioma en qué consiste la profesión arqueológica así que mucho más difícil es si la otra persona no entiende ni una palabra de lo que dices, ya estés hablando español, inglés, árabe o euskera. Sin embargo, en dos semanas creo que hemos hecho varios progresos y están empezando a ver qué necesitamos y, lo más importante bajo mi punto de vista, a sentirse un poco más participativos. Por suerte, hay uno de ellos, algo más mayor que los otros, que puede hablar un poco de inglés y, lo mejor de todo, también sabe escribirlo. Le he pedido que me traduzca algunas palabras y frases básicas en bengalí y así me puedo comunicar con ellos, aunque algunas veces sólo sea para dar órdenes... Bueno, por ahora puedo decirles cosas como hola (kamon aso), adiós, gracias, muchas gracias, excavar, dejar, limpiar, bien hecho, hora de comer, stop, de nada, descansar... Cosas que pensamos que mejorarán la comunicación para el beneficio de todos. Como resultado, estoy aprendiendo más bengalí que árabe. Había también algo con lo que no me sentía cómodo y es que han cogido la costumbre de llamarme 'jefe' así que pedí al que sabe inglés que escribiese mi nombre en mi casco en escritura bengalí. Espero que no sea un insulto o algo así... ¡Prometo fotos pronto!
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