Clint Eastwood tenía razón
Foto: +María Gay (gracias) |
El primer paso lógico, si una pareja se quiere casar por lo civil, es ir al ayuntamiento. Günther va y dice: "Yo soy alemán y me quiero casar con mi pareja. Debería de ser muy fácil porque además él es ciudadano de la Unión Europea". En el ayuntamiento le dicen que no, que casar, lo que se dice casar, no pueden. En Alemania aún no. Pueden tener algo parecido y tal, pero no es lo mismo. Álex y Günther se miran y dicen que ni hablar, que ellos quieren ser un matrimonio con todas las de la ley y que ellos no son menos por ser homosexuales y quererse. Así que Álex piensa que, como él es español, lo que tiene que hacer para casarse con su novio es ir al consulado español en Frankfurt.
En el consulado le dicen que no se puede casar con un alemán en territorio alemán. Es decir, Álex se podría casar en el consulado español en Frankfurt con Pancho de Guanajuato, Sakamoto de Makurazaki, Jeetendrah de Rajahmundry o Zongo de Ouagadougou (¡hasta conmigo mismo!), pero no con Günther, porque él es alemán y esto es Alemania. Que para eso tienen que ir al ayuntamiento. "Pero señorita, es que ya hemos ido al ayuntamiento y nos han dicho que aquí casar, lo que se dice casar, no podemos."
Decidido a llevar a cabo el diabólico plan de casarse con el hombre que ama cueste lo que cueste, Álex va a Granada y pregunta en el ayuntamiento allí. Él es español, eso es España y allí dos hombres pueden conformar un matrimonio, sí o sí. "No, señor mío, porque usted es español pero reside en el extranjero. Si usted quiere casarse, tiene que ir a la embajada o consulado del país en el que reside." "Pero es que ya hemos ido pero no podemos porque mi prometido es alemán, así que nos han dicho que vayamos al ayuntamiento. Pero allí nos han dicho que casar, lo que se dice casar, no podemos."
Y esta es la historia llena de problemas, brevemente contada y ligeramente adaptada para ser incluida en este blog, de cómo Álex tuvo que volver a empadronarse en su ciudad, resolver todo el papeleo, enviar los documentos solicitando casarse con un hombre que es extranjero (papeles que por cierto estuvieron desaparecidos durante meses en unos juzgados con un Triángulo de las Bermudas hasta que a alguien le apeteció encontrarlos), organizarlo todo desde su verdadera residencia en Frankfurt para, por fin, poder decir "sí, quiero" y besar a su marido.
Álex y Günther han tenido suerte, dentro de lo que cabe... Ambos son ciudadanos de la Unión Europea y, además, España concedería permiso de residencia y finalmente la nacionalidad al cónyuge extranjero. Por desgracia, esto no siempre es así. Hay parejas formadas por dos hombres o dos mujeres de diferentes nacionalidades que tienen que vivir separadas a menudo por miles de kilómetros porque casar, lo que se dice casar, no pueden. La única forma de que estas parejas estén juntas sería conseguir un pasaporte por raíces genealógicas en el país o un permiso de residencia a través de un trabajo para uno de ellos en el país del otro y esto es muy difícil, a veces imposible especialmente si uno de los países es mucho más rico que el otro. En cualquier caso, el hecho de que se amen no tendría nada que ver con el hecho de que uno pueda residir en el país que reside el otro para poder estar juntos. Muchas de estas personas acaban perdiendo a la persona que quieren por la dificultad de mantener una relación así de forma indefinida y sin visos de solucionarse pronto. Hasta el momento, los países en el mundo en los que un matrimonio formado por personas del mismo sexo es exactamente igual ante la ley a uno formado por personas de distinto sexo son actualmente: Holanda, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia y Argentina. Además, se incluyen Massachusetts, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hampshire, el Distrito de Columbia (Washington D. C.) y Nueva York en los Estados Unidos, México D.F. en México y Alagoas en Brasil.
"¿Esta gente está haciendo un problema del matrimonio homosexual? ¡A mí me importa una mierda quién se case con quién! ¿¡Por qué no!? Estamos haciendo un problema de cosas que no tienen por qué serlo. Están todo el día hablando de esa mierda de la ‘santidad’ — ¡no me vengas con santidades y gilipolleces! Dale a todo el mundo la oportunidad de tener la vida que quiera tener. Yo fui un republicano de Eisenhower cuando empecé a los 21, porque prometió sacarnos de la Guerra de Corea. Y al paso de los años, vi que había una filosofía republicana que me gustó. Y luego la perdieron. Y los libertarios tenían más de eso. Lo que creo en realidad es que deberíamos pasar más tiempo en dejar en paz a los demás."
Clint Eastwood en una entrevista la revista GQ.
Felicidades Álex y Gunther. Os habéis podido casar, lo que se dice casar.
2 comentarios:
Wapeton!
Sólo decirte¡¡¡QUE VIVA EL AMOR!!!!!!
Es realmente una lástima que los trámites burocráticos o las leyes de unos y otros países, a veces tiñan la ilusión de dos PERSONAS que quieren compartir su vida. Sí, PERSONAS, porque parece mentira que a estas alturas tengamos que recordar que todos somos PERSONAS, y tenemos el derecho a querer y ser queridos y compartir nuestra vida con quien nos de la gana.
¡¡¡¡¡¡VIVA EL AMOR!!!!!!
Ya ves, Nekane, cómo está el patio. Y como te digo, ellos al menos han podido hacerlo. Tengo amigos personales que se han encontrado en la otra situación: separados por un océano y rompiendo la relación por no poder casarse y estar juntos como lo haría una pareja heterosexual. ¡Que viva el amor y que sea legalmente posible!
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