Montañas rusas
La monotonía se ha visto rota, negativamente, por numerosas alteraciones de mi estado de ánimo. Estas dos últimas semanas han sido inestables y tengo el cuerpo como si hubiese montado en sendas montañas rusas seguidas. Incluso he estado algo afectado al estómago y no sé si tiene relación directa con las emociones fuertes o ha sido una mera anécdota médica. Hay cosas que han cambiado, otras que están cambiando, otras cambiarán y otras tal vez no lo hagan. En general no me gustan las sorpresas y menos aún si son desagradables.
Para empezar, me temo que tendré que dejar algo de lo mejor que me ha pasado en los últimos meses, quizá debería de decir "años": vivir en la casa y con las personas con quienes ahora vivo. Como en la vez anterior, nada malo ha ocurrido y además tengo un margen amplísimo para buscar otra habitación. Pero hace dos semanas, Xavier me explicó las razones por las que ahora necesita que quede libre ese espacio que yo ocupo. Comprendo su punto de vista y lo comparto, así que no me queda otra opción que mentalizarme de que esto se acabará antes de lo que me hubiese gustado. Al principio supuso un gran impacto ya que mi situación "doméstica" es la piedra angular que mantenía en equilibrio mi presente y mi futuro inmediato. Pero ahora me parece mucho menos dramático y me lo tomo como una nueva oportunidad para replantearme ideas que dejé pendientes meses atrás. Eso sí, marcharme de aquí supondrá una dolorosa despedida.
En lo que al trabajo se refiere, la vuelta al campo no me ha sentado bien tampoco. Cada vez me siento menos motivado, aunque lo que estamos haciendo ahora mismo se basa principalmente en limpieza de ciertas áreas así que no se puede esperar nada excitante. Espero poder cambiar pronto y para ello tengo dos posibilidades. Por un lado está el departamento de edificios, quienes ya me han encomendado un proyecto. Se trata del Woolwich Arsenal, un antiguo complejo de edificios donde se fabricaba armamento que está en Greenwich, al Sureste de Londres. Aún no sé mucho del lugar, salvo que de sus talleres salieron los obreros que fundaron el famoso equipo de fútbol del Arsenal. Debería empezar el lunes 22 y pasar allí toda la semana, durante varias semanas, pero estamos a la espera de la confirmación por parte de la gente encargada de la gestión de los trabajos. Por otro lado, me ronda la cabeza solicitar un nuevo trabajo en el departamento de Geomatics de la empresa. Ahí aprendería a utilizar programas informáticos y metodologías de registro espacial muy útiles para un arqueólogo y también para aplicarlas en mis trabajos con el departamento de edificios. De todas formas, en caso de que al final me cojan, empezaría absolutamente desde cero, por lo que tal vez elijan a otro candidato que ya tenga un poco de experiencia en esta disciplina.
Algo que no ha sido terrible pero me ha venido en mal momento ha sido el intento de robo que tuve el pasado jueves por la noche. Algún cabrón intentó llevarse mi bicicleta de la parte delantera de la casa donde la dejo habitualmente. No pudieron porque la tengo bien candada, pero sí se llevaron el sillín y me doblaron un poco la rueda trasera así que tuve que llevarla a enderezar al taller (£4=6€=8$). También intentaron robar la de Xavier pero por suerte la suya no sufrió daños. Hijos de puta.
Pero no todo han sido caídas en esta montaña rusa. El subidón llegó el 2 de Octubre, en las Islas Baleares, donde nació mi primer sobrino, convirtiéndome en tío. No llegó a los 3 kilos y en las fotos que me han mandado parece muy espabilado, con unos ojillos vivarachos. Tengo ganas de conocerle ya, pero aún tendré que esperar unas pocas semanas. Ya le he oído a través del teléfono y "sonaba" muy guapo. Además, una noche fui a cenar con Vanessa y Chao a un restaurante chino que a ellos les gusta (y quién soy yo para no dejarme recomendar por ellos en esta materia). Nos divertimos, nos reímos, nos contamos lo que nos ha pasado últimamente y lo que haremos los próximos meses. Además me regalaron una bufanda, que será útil para el próximo invierno. Otro día fui a cenar con una chica a la que conocí por casualidad. Ella acaba de llegar a Oxford para estudiar un postgrado y vio el anuncio que puse hace cuatro meses para buscar habitación así que se puso en contacto conmigo para ver si le podía aconsejar cuando ella emprendiese su búsqueda. Desde entonces hemos seguido en contacto regularmente a través del correo electrónico y casualmente ha ido a parar a vivir a 20 segundos de donde yo vivo actualmente.
Veremos cómo transcurren las semanas a partir de ahora. Tras estos últimos 4 meses de tranquilidad, calma y paz absoluta, parece que todo vuelve a revolverse. Mi cabeza no para de pensar. Pero, ¿quién dijo que todo esto no está pasando para que cosas mejores vengan?
8 comentarios:
Eso fijo rafita. No pierdas la fé, que puede ser el principio de un cambio guay. O de un cambio de mierda que se acabará y al que seguirá la mejor etapa de tu vida. Y así hasta el infinito. Tú no desesperes.
Eso espero Paula. Ya sabes, tú mejor que muchos otros visitantes, el bueno momento que estaba teniendo aquí porque lo has visto en vivo y en directo. Pero esa tranquilidad de la que te hablaba ya no la siento.
Me gusta eso del cambio guay y el cambio de mierda, me parece muy realista. A lo mejor es guay, pero quizá sea peor, siempre hay que tenerlo en cuenta. De todas formas, algún día llegará el guay guay, uno que sea la repera, ¿no?
Bueno, de momento disfruto de lo que aquí me queda, que no es poco. Aún me quedan muchas cosas buenas por vivir hasta que me vaya.
Ánimo Rafa! Lo importante es no desmoralizarse. Seguro que vendrá algo mejor (como ves, seguímos leyéndote)
Muchas gracias por los ánimos. No me cabe la menor duda de que seguís visitándome. Algun@s de vosotr@s os estáis convirtiendo en todo un clásico de los comentarios y os lo agradezco mucho.
Encuanto a la desmoralización, va a ser difícil. Por lo general tiendo a ella, no sé por qué. Pero tampoco creo que sea malo al menos a medio plazo. Está claro que siempre es mejor estar alegre que triste, pero también es cierto que, cuanto más bajo estás, más se nota cuando remontas el vuelo, ¿no?
En fin, me parece que las montañas rusas van a ser la tónica habitual de los próximos meses hasta que me vaya de esta casa. Es por eso que a veces me pregunto si no será mejor irse cuanto antes... Pero entonces creo que eso sería cobarde, fácil huída hacia delante. Y pienso que lo valiente es quedarse aquí y seguir tan bien como hasta ahora a pesar de tener "los días contados".
Pero hay algo que cada vez tengo más claro: no me siento así sólo por tener que cambiar de casa y compañeros. La posibilidades de cambio de nuevo son infinitas, no sólo es cambiarme de casa.
Hola Rafa, llevaba un siglo sin "asomarme" a tu día a día.Mucho trabajo (demasiado, y aunque trabajo es trabajo, a veces me arrolla...).Caray, lamento de veras que tengas que hacer las maletas.Es fácil acostumbrarse a lo bueno...Pero como dicen "Pauliki" y "thecouplenumberone" nunca sabes que sorpresas están ahí a la vuelta...cuando menos una anécdota más que poder relatar sobre la experiencia de convivir con (en un principio) extraños.Ánimo desde una extraña "Siberia" otoñal, templadita y poco lluviosa.
Pues sí, Rafa,la vida tiene estas cosas, cuando la chimenea te parece que va a seguir humeando va, cae una tormenta, se cuela un poco de agua y te arruina por completo el calor de la casa y vuelta a empezar de nuevo...a echar más leña.
En fin, seguro que no es así como te gustaría que fueran las cosas, pero a veces hay pequeñas tormentas que te atormentan y no te dejan ver bien qué es lo que está sucediendo. Tengo la sensación que nada malo y, como ha dicho la Paula, seguro que es la antesala de un cambio guay.
Pues nada, cómprate un paragüas y a campear la tormenta, que tarde o temprano escampa y sale el sol.
Así que nada, buena búsqueda y mejor reencuentro.
Hola visitante anónimo. ¿O debería de decir "anónima"? Perdona si me equivoco (bueno no, jódete si me equivoco, por no ponerte una identificación, jajaja) pero o eres la chica de Notting-Hill (la gringa en Centroamérica) o el señor de la Pinto, ¿no?
Seas quien seas, me alegro de saber que te vuelves a asomar; para eso está este sitio. Tienes razón en que es fácil acostumbrarse a lo bueno. En mi casa anterior estaba bien, pero no me costó marcharme. Irme de aquí será más difícil, seguro.
Veremos cómo es el siguiente sitio. Ya sabes dónde enterarte. Ven por aquí cuando el trabajo te deje un hueco.
Hola Catedrático. Ya ves, hace un mes estaba al calor del fuego más confortable y ahora estoy empapado por la tormenta como tú dices :o) Espero secarme a tiempo y no coger un resfriado de esos que no se quitan en mucho tiempo.
Pero bueno. Las cosas no van mal ni mucho menos. A veces me da la sensación de que me hago una montaña con un grano de arena. Aquí estoy pasando una buena temporada y esto se acabará, porque tarde o temprano se tendría que acabar. Y va a ser temprano, sí, ¿y qué? Pues que temprano empezarán otras cosas. O me acostumbro a tomarme así la vida, o lo voy a pasar mal innecesariamente.
Gracias por el comentario.
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