Ya van tres por ahora
Esta mañana me han sacado la tercera muela del juicio del año. Aún me quedan dos. Sí, dos, porque tengo cinco muelas de del juicio. Bueno, tenía. Mi dentista dijo que no es tan raro tener incluso hasta cuatro extra pero todo el mundo al que se lo he dicho ha reaccionado con sorpresa, lo que claramente indica que ni a ellos les pasa lo mismo ni probablemente a nadie de quien hayan oído hablar. Yo sigo pensando que pertenzco a una especie superior de humanos y una nueva muela es la prueba de ellos, pero otros me han llamado mutante o incluso cavernícola... A lo que voy, las primeras salieron muy bien y de una vez. Creo que costó como un minuto cada una o así... De hecho, ni siquiera me di cuenta cuando el dentista extrajo la primera y cuando dijo "Vale, ya está" yo respondí "No, no. Que eran dos, ¿te acuerdas?". Por desgracia, no ha sido tan fácil esta vez...
He ido a un dentista diferente si bien debo admitir que el otro hizo un bien trabajo. Sin embargo, el de ahora parece más profesional y con más experiencia. A lo mejor ha tenido mala suerte y le ha tocado la muela difícil (las otras dos estaban prácticamente fuera por sí solas) pero la verdad es que las cosas no han ido sobre ruedas. Si las otras costaron un minuto cada una, la que me han sacado hoy a costado como 25 minutos por lo menos: no estaba tan desarrollada. Según me estaba dando cuenta de que iba a ser una larga y dura experiencia, he empezado a tener pensamientos felices para no prestar mucha atención a ello pero al final se me han acabado y el dentista no había terminado aún. Notaba cómo tiraba unas cuantas veces mientras mi mandíbula crujía (por suerte bajo los efectos de una gran anestesia). A veces me han dado ganas de agarrar las tenazas y tirar yo mismo ("Quita, quite, déjame a mí"). Diversos utensilios entraban y salían en mi boca una vez, y otra, y otra... más de las que habría esperado. Todo tipo de taladrantes ruidos -tanto para el oído como para la muela literalmente- eran la banda sonora del momento.
El dentista, un hombre muy amable tengo que decir (veremos lo que digo cuando se pase la anestesia y se me acaben los analgésicos), ha dicho por fin "Ya está. Hemos terminado. Ha sido muy duro". "Ya, dímelo a mí" le he contestado. Me he incorporado y les he preguntado si podía guardarla para mí (como guardo las otras dos). Entonces he visto cómo el dentista cogía de una bandeja los tres pedazos más grandes de mi muela del juicio y me he quedado helado: ¡¡¡ha tenido que cortar literalmente la muela en trozos para poder sacarla!!! Bueno, más que sacarla, la ha tenido que destruir, lo que explica los taladrantes ruidos, los utensilios y el tiempo que ha tardado...
Ahora en casa, pongo los pedazos juntos y aún me faltan algunos para completarla. El efecto de la anestesia se ha pasado pero me he tomado una pastilla antes de que empiece a doler. Me han dado unas especiales para el día y otras para la noche que son además somníferos. Han dicho que las tendré que tomar porque probablemente dolerá tanto que tendré dificultades para dormir. También me ha aconsejado que me ponga una hielo en la cara el resto del día para evitar que se inflame, que es lo que estoy haciendo ahora mismo con una mano mientras escribo con la otra. Creo que este va a ser un duro y largo fin de semana.
Pero no todo son malas noticias. La semana pasada tuve la visita de mis queridos amigos Néstor y Joana, que anduvieron por aquí algunos días. Y luego el fin de semana fue muy agradable también porque celebramos CSD (el Orgullo LGBT) en Frankfurt, así que hubo mucha música, fiesta, amigos, compañeros de trabajo, hombres guapos, bebidas y gente contenta por todos lados. Tampoco es que sea un evento masivo, pero a mí me gusta bastante y ya estoy con ganas de que llegue el año que viene... y más fiestas que aún quedan para este verano (sigo llamándolo verano a pesar del tiempo). Además, me piro a Oxford y Londres a finales de la semana que viene, y tengo también muchas ganas de eso. Te veo por aquí cuando vuelva.
He ido a un dentista diferente si bien debo admitir que el otro hizo un bien trabajo. Sin embargo, el de ahora parece más profesional y con más experiencia. A lo mejor ha tenido mala suerte y le ha tocado la muela difícil (las otras dos estaban prácticamente fuera por sí solas) pero la verdad es que las cosas no han ido sobre ruedas. Si las otras costaron un minuto cada una, la que me han sacado hoy a costado como 25 minutos por lo menos: no estaba tan desarrollada. Según me estaba dando cuenta de que iba a ser una larga y dura experiencia, he empezado a tener pensamientos felices para no prestar mucha atención a ello pero al final se me han acabado y el dentista no había terminado aún. Notaba cómo tiraba unas cuantas veces mientras mi mandíbula crujía (por suerte bajo los efectos de una gran anestesia). A veces me han dado ganas de agarrar las tenazas y tirar yo mismo ("Quita, quite, déjame a mí"). Diversos utensilios entraban y salían en mi boca una vez, y otra, y otra... más de las que habría esperado. Todo tipo de taladrantes ruidos -tanto para el oído como para la muela literalmente- eran la banda sonora del momento.
El dentista, un hombre muy amable tengo que decir (veremos lo que digo cuando se pase la anestesia y se me acaben los analgésicos), ha dicho por fin "Ya está. Hemos terminado. Ha sido muy duro". "Ya, dímelo a mí" le he contestado. Me he incorporado y les he preguntado si podía guardarla para mí (como guardo las otras dos). Entonces he visto cómo el dentista cogía de una bandeja los tres pedazos más grandes de mi muela del juicio y me he quedado helado: ¡¡¡ha tenido que cortar literalmente la muela en trozos para poder sacarla!!! Bueno, más que sacarla, la ha tenido que destruir, lo que explica los taladrantes ruidos, los utensilios y el tiempo que ha tardado...
Ahora en casa, pongo los pedazos juntos y aún me faltan algunos para completarla. El efecto de la anestesia se ha pasado pero me he tomado una pastilla antes de que empiece a doler. Me han dado unas especiales para el día y otras para la noche que son además somníferos. Han dicho que las tendré que tomar porque probablemente dolerá tanto que tendré dificultades para dormir. También me ha aconsejado que me ponga una hielo en la cara el resto del día para evitar que se inflame, que es lo que estoy haciendo ahora mismo con una mano mientras escribo con la otra. Creo que este va a ser un duro y largo fin de semana.
Pero no todo son malas noticias. La semana pasada tuve la visita de mis queridos amigos Néstor y Joana, que anduvieron por aquí algunos días. Y luego el fin de semana fue muy agradable también porque celebramos CSD (el Orgullo LGBT) en Frankfurt, así que hubo mucha música, fiesta, amigos, compañeros de trabajo, hombres guapos, bebidas y gente contenta por todos lados. Tampoco es que sea un evento masivo, pero a mí me gusta bastante y ya estoy con ganas de que llegue el año que viene... y más fiestas que aún quedan para este verano (sigo llamándolo verano a pesar del tiempo). Además, me piro a Oxford y Londres a finales de la semana que viene, y tengo también muchas ganas de eso. Te veo por aquí cuando vuelva.
6 comentarios:
Ánimo con esa muela, hombre, ojalá el finde no sea tan terrible como pinta :( Qué coñazo son las cosas de los dientes, joer...
Me alegro de que al menos tengas planes guays a la vista y bien prontito! :)
Un besico y mejórate pronto!
Me alegro de verte por aquí :-) He de decir que ayer fue todo bastante bien y no me dolió nada, seguramente por los calmantes y el hielo. Hoy me encuentro muy bien y sigue sin doler, así que genial. No dormido muy bien pero ha sido más que nada por sueños raros. Lo de la muela como si nada, oye.
Besos.
Por aquí nos vemos chato.
Un beso gordo
Cuando quieras, Paula :-) Otro beso de vuelta.
a mi me han quitado las 4 a lo bestia con cirugía rafa, casi me muero!!!
Ya, ya me han contido historias... Por suerte, a mí me ha ido todo muy bien. Me encantan mis dentistas y no me da miedo ir a donde ellos :-)
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