Nuevamente, ropa sucia de tierra
Esta semana parecía que iba a ser normal al principio, como las últimas tres o cuatro. Estaba en la oficina, en el departamento de archivos donde he estado trabajando muy tranquilo. Me habían dicho que tal vez algún manager de algún yacimiento me vendría a llamar para su excavación, pero a lo mejor no. El caso es que al final sí, que vino. Era un tipo bajito y flaco, poquita cosa, la verdad. Se me plantó delante y me preguntó mi experiencia. Y cuando terminé de contarle me dijo que al día siguiente, martes, iría a una excavación pequeñita de unas dos semanas a uno de los Colleges de aquí, el Buttery. Me pareció bien: un par de semanas de trabajo de campo, excavando medieval y urbano que es lo que más me gusta, utilizando la metodología a la que estaba acostumbrado en Vitoria y Siena y con Javier como jefe en campo.
Al día siguiente allí llegué. Está a 5 minutos de mi casa en bici, en plena Calle Mayor (High Street). Está guay porque normalmente la gente no tiene acceso a los colleges si no eres estudiante o profesor o trabajador allí. Y este es uno de los colleges antiguos con unos jardines y unos edificios preciosos que no habría podido ver en otras circunstancias. La intervención consiste en dos pequeñas trincheras, una de las cuales (la más pequeña) está en un sótano y la estoy haciendo yo solo aunque ya estaba empezada por otro arqueólogo que se ha tenido que ir a otra excavación. Llevaba dos días sin tocarse por la ausencia de este chico así que cuando llegué el trabajo estaba retrasado y me tuve que poner al día de todo revisando sus anotaciones. Pero ya va viento en popa y me están saliendo cosillas interesantes: una zanja de cimentación, restos de una hoguera... A pesar de eso, el manager no está nada contento porque dice que ya debería estar terminado pero, joder, ha estado parado dos días y me he tenido que enterar de cuál era el trabajo que ya había hecho para poder continuarlo ¡Ninguna de las dos es culpa mía!
El trabajo ha ido bien aunque no sé si volveré esta semana. En teoría no debería ir, pero la persona que van a mandar tiene alguna enfermedad rara y el médico le ha aconsejado no trabajar unas semanas (y menos excavando). Yo preferiría no volver porque me estoy acomodando en la oficina, pero si me mandan a excavar desde luego que ese es el yacimiento que mejor me viene así que no me importa mucho ir. Bueno, ya veremos lo que pasa. Estoy a la espera de algunos cambios en el trabajo, a ver si al final me salen las cosas bien.
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