Individual’s personal blog that will be useful for all those who want to keep in contact wherever I go / Blog personal de un individuo que será útil para todos aquellos que quieren tener contacto donde quiera que voy

15 dic 2007

Canapé

Ayer fue una noche divertida, mucho. Bueno no, una semana divertida en general, con sendas fiestas de Navidad. Bueno no, tampoco. Una en realidad fue una fiesta de cumpleaños. Bueno, tampoco. O sea, sí, pero la persona que cumplía los años no estaba. Bueno, que no estaba porque lleva muerta mogollón de tiempo. Bueno, que mira, empiezo por el principio que me estoy haciendo un lío.

Me invitaron a una fiesta el miércoles 12 en casa de Nico, uno de mis amigos aquí. Fue muy divertido y además vive en una casa guay a un minuto de donde yo vivo, en la calle Holanda 12. El motivo de la fiesta era celebrar el 433º cumpleaños de Ana de Holanda, que era 12 del 12. Y la fiesta fue en la calle Holanda 12, ¿lo pillas? Cualquier motivo es bueno para celebrar una fiesta y como dijo el compañero Chris en un pequeño discurso de presentación: "Ana de Holanda significa mucho y ha sido una persona muy importante en nuestras vidas desde que la descubrimos hace dos semanas en la Wikipedia". Nico y sus compañer@s proveían de bebida y comida y todo lo que teníamos que llevar los invitados era un juguete para un/a niñ@ de 0-16 años que iría destinado a la colecta navideña que cada año hacen los supermercados XXXXX (está muy feo poner publicidad... bueno va, era el Co-op) para más desfavorecid@s. Yo además contribuí con un plato de jamón serrano para la fiesta.

La comida, las bebidas, la diversión, la música, la gente... Todo fue excelente. Conocí a gente nueva y, como siempre ocurre en esta ciudad, uno nunca sabe cuál puede ser la fascinante respuesta a preguntas como "¿de dónde eres?" y "¿qué haces aquí en Oxford?". Te puedes encontrar de todo y todo puede encontrarte a ti. También me gustó mucho charlar con Lars porque últimamente hemos intentado quedar pero siempre le venía mal a alguno, y reencontrarme con algun@s amig@s de Nico de Wolfson College. Además, me alegró especialmente que estas personas que me caen bien, tomaran posición cerca del plato de jamón y se lo comieran casi todo. Como Nico es profesor de salsa y muchos de sus amig@s son alumn@s, hubo un buen rato de bailoteo, en el que me arrepiento de no haber participado.

Y ayer lo que tuve fue la fiesta de Navidad de la empresa. Alquilan un pequeño hotel a unas pocas millas de Oxford y allí tenemos un par de salones, el bar y la pista de baile, cena, bebidas... Y por supuesto muchos crackers. Tal vez los hayas visto en algún capítulo navideño de Mr. Bean y no sabías lo que eran. Son unos tubos de cartón de cuyos extremos tiran dos personas fuertemente y una de ellas saca un pequeño regalito, una corona de papel que se tiene que poner y una etiqueta con un chiste que tiene contar. Los chistes son terribles, por cierto. Además tienen un pequeño petardo que explota en el momento de tirar. He buscado ejemplos en Youtube pero no me ha gustado ninguno de los que he visto. En el que se mejor se mostraba el "funcionamiento" salía una niñita de unos... ¿7 años?... en bragas. Y no me parecía apropiado ponerlo.

Estuvo bien: hablé con gente con la que no hablo habitualmente, también con gente con la que sí hablo pero de temas sobre los que no hablo habitualmente con ell@s, me encontré con gente que ya no está en la empresa pero vinieron de todas formas y sobretodo me reí mucho (mención especial en este apartado a Renata, Sergio y Toni, que son de Portugal). Se hacía raro ver a algun@s vestid@s "de civil", acostumbrado a verles suci@s de barro hasta las orejas. Lo malo de estas fiestas es que se acaban muy pronto...

Pero no toda la semana ha sido fiesta y juerga. El martes fue un día muy largo porque fui de nuevo al Arsenal Woolwich. Me levanté temprano para coger el tren y allí pasé el día subiendo y bajando escaleras y trepando por andamios. Y una vez terminado el trabajo, ya que tenía que pasar por Londres para volver, decidí dar una vuelta entre Picadilly, Soho y Oxford street. Ésta es una de las zonas más comerciales de Londres, así que estaba abarrotada de gente haciendo las compras navideñas: todo un espectáculo. La cantidad de gente para coger el metro en Oxford Circus era tal que había atasco en la calle: no se podía caminar, literalmente. Decidí ir andando hasta la parada de Picadilly e hice bien porque allí no había gente. Llegué a casa tarde y muerto después de las horas de trabajo y las de paseo. Además calcé todo el día las botas de trabajo (muy duras, pésimas para usar de 6:30 a 22:00) porque llevaba tantas cosas de trabajo en la mochila (cámara, carpetas, bocadillo, agua y los obligados guantes, casco, gafas protectoras y chaleco de alta visibilidad) que pasaba de llevar además calzado de repuesto. Aproveché para comprar allí el juguete para la fiesta de Nico.

Y estuve pensando en qué le voy a pedir a Papá Noel que me traiga estas Navidades. Y al final he pensado que no quiero que me traiga; lo que quiero es que me lleve. Que me lleve a casa el jueves que viene.

No hay comentarios: