Excursión a Peterborugh

El jueves 24 me levanté de la cama de un salto porque apenas pude dormir pensando en mi futuro. En el tren seguía dando vueltas a la cabeza: ¿qué hago si al final consigo la beca? Llegué a tomar la decisión en el tren mismo y ya lo tenía claro, pero si al final no tenía dos opciones no habría nada por decidir. Llegué a la estación de Peterborough, bastante fea, vieja y sucia por cierto. Fui hacia la catedral y me quedé alucinado: el edificio es precioso e imponente (puedes ver las fotos más abajo si pinchas en ellas). Es un edificio mayoritariamente normando, muy sobrio pero bien iluminado, con unos techos de madera pintada increíbles. Prácticamente estaba yo sólo visitándola. Me encontré con la tumba de Catalina de Aragón, que no tenía ni idea de que estaba allí enterrada. Estuve un buen rato paseando por el interior hasta que me fui a comer porque la entrevista era a las 14:00.

Llegué al lugar de la entrevista y los cinco encargados de entrevistarme se presentaron. Me dijeron que explicase algo sobre trabajos anteriores (me llevé el portátil para eso) y comenzaron a hacerme preguntas. Me trabé mucho al principio y no me salían las palabras. Me puse nervioso porque apenas pude explicar mi experiencia anterior, lo que yo creo que es precisamente mi punto fuerte. Se habló mucho de documentación y bases de datos y muy poco de topografía y arquitectura (lo que realmente me interesaba) pero también tuve buenos momentos. Salí un poco decepcionado, no sólo por cómo hablé al principio sino por el tipo de entrevista en sí. Bueno, ya sabía que era para hacer el GIS de una catedral pero me esperaba otra cosa. A pesar de todo, mantenía mis esperanzas intactas.

Cuando salí estuve otro buen rato metido en la catedral, sacando un montón de fotos y admirando los múltiples detalles con los que yo podría desarrollar un trabajo diferente al que se suponía que tendría que hacer pero más interesante para mí: los zócalos, cornisas, tallas de las piedras, marcas de cantero, molduras, cortes, vanos cegados... me "hablaban" y revelaban una historia constructiva que me desafiaba a ser descifrada. Pero en una tarde no me da tiempo a descifrar 800 años de Historia así que volví a Oxford. En el tren seguía pensando y me reafirmaba en la decisión que había tomado por la mañana.

Tardaron muy poco en contestarme y dos días después ya tenía una carta en casa comunicándome que no seguirían teniendo en cuenta mi solicitud: quedaba descartado para la beca. En fin, de esta forma fueron otros los que tomaron la decisión por mí. Ya daba igual lo que pensé y reafirmé en el tren: no me quedaban opciones para elegir. Sigo en Oxford por tiempo indefinido. Me da pena no haber conseguido esa beca para poder decidir yo aunque lo cierto es que estoy muy contento de seguir viviendo en Oxford. Y con una idea muy clara en la cabeza: si madre no hay más que una, para mí, catedral sigue habiendo sólo una.