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16 jul 2014

Las brillantes luces de...

En la entrada anterior terminaba diciendo que no es la primera vez que me pasa esto de quedarme sin trabajo. En 2008 empezaron a echar gente de la empresa en la que trabajaba en Oxford y en 2009 preferí renunciar a mi puesto, tener algo más de pasta en el bolsillo, coger un mapa de Inglaterra y ver a dónde me apetecía ir. Acabé dirigiéndome hacia las brillantes luces de Mánchester... ¿Y qué te hacía pensar que esta vez iba a ser diferente? Me he puesto delante del mapa de Alemania y puedo confirmar ya que dejaré Frankfurt a finales de Septiembre.

He de admitir que al principio no tenía intención de marcharme de esta ciudad tan pronto. Como pensaba que el trabajo duraría hasta finales de año y que me pondría a estudiar alemán a partir de Enero hasta Septiembre (que, de momento, es mi fecha límite para alcanzar un nivel aceptable), pues no merecía la pena complicarse por 9 meses. Pero ante la perspectiva de tener más tiempo del que esperaba y teniendo en cuenta que Frankfurt es una ciudad bastante cara en general (piso, supermercados, escuelas de idiomas), se me ocurrió empezar a ver las posibilidades reales de mudarme a otro lugar para los próximos 12 meses. He sido increíblemente feliz aquí y quizá algún día vuelva... pero toca dar más pasos.

Las opciones pronto se han reducido a 3: Colonia, Berlín y Leipzig, todas ciudades en las que ya he estado y todas con sus pros y sus contras. Lo mejor es que en las tres tenía desde ya un sitio en el que vivir, algo que ha facilitado las cosas muchísimo; ¡increíble cómo responde y funciona una red de grandes amigos y conocidos sólo con preguntar un poco! ¡¡Y no han sido los únicos sitios que me han ofrecido!! Lo bueno de Colonia es la cercanía a Frankfurt y que me recuerda mucho -a mi manera- a mi querida Mánchester, todos los pros de una son los pros de la otra. Lo malo es bien poco: no es tan barata como las otras dos y conozco gente pero tengo pocos amigos allí. De Berlín no hace falta que te diga lo bueno... Es una ciudad que me enamoró desde mi primera visita en Febrero de 2003 y a la que siempre que he podido, he vuelto. Además, tengo un montón de buenos amigos, algunos que conozco ya desde que vivía en Oxford, otros que he conocido en Frankfurt y otros que he conocido allí mismo estos últimos años; desde luego no voy a estar solo... Lo malo de Berlín es la gran cantidad de distracciones que tiene para mí: fiestas, conciertos, bares, exposiciones, museos, clubs, baloncesto, actividades culturales, etc. Aunque como un amigo mío me ha dicho: "No, perdona, todo eso no es lo malo de Berlín, es lo malo de ti", y no le falta razón. Es algo de lo que me quiero alejar un poco porque no puedo pasar un año como hasta ahora sino que tengo que invertir tiempo y dinero en aprender alemán, centrarme en eso. Otra cosa mala es la distancia a Frankfurt y a mis amigos aquí, que no serán pocos los que deje. Y respecto a Leipzig, es con toda seguridad la más barata de las tres y también en la que más alemán voy a hablar porque no es tan internacional y poca gente habla inglés (en general, en la antigua Alemania del Este la gente habla menos inglés porque estudiaban ruso en el colegio). Es la más pequeña y desconocida para mí de las tres, con menos distracciones, aunque me dio una excelente impresión cuando la visité el año pasado y estoy seguro de que podría vivir a gusto. Sin embargo, no conozco a nadie de allí salvo un compañero de trabajo que de momento seguirá en Frankfurt. También está bastante lejos de ésta, casi como Berlín.

Así que, tras muchas vueltas, he decidido que la mejor opción es dirigirme esta vez hacia las brillantes luces de la capital de este país: Berlín. Luces que, por cierto, son aún diferentes en el Este y en el Oeste porque se siguen utilizando farolas de gas en la parte occidental; electricidad en la oriental. A partir del 1 de Octubre viviré allí durante 12 meses, conociendo esa histórica a la par que moderna ciudad que me apasiona y aprendiendo alemán. A veces no se pueden cambiar las cosas pero sí la forma en la que te las tomas. Así que puede gustarte la vida que vives o puedes vivir la vida que te gusta.

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