Poldrissick Farm, Landrake, Cornwall

Esta semana el trabajo bien los compañeros bien el tiempo bien todo bien todos bien... Vamos a lo que importa: ¡¡QUÉ PASADA DE CASA NOS HAN PUESTO COMO ALOJAMIENTO!! Del bed & breakfast de la semana pasada, que estaba muy bien, hemos pasado a una casa en el campo. El lugar era un poco inaccesible y se llegaba por caminos de cabras literalmente (bueno no, eran ovejas, no cabras). Ya sabes, uno de estos caminos con hierba en el medio en los que si te viene un coche de frente estás jodid@ y tienes que dar marcha atrás hasta encontrar un lugar en el que apartarte para dejar paso. Se componía de un grupito de edificios viejísimos que desde hace siglos y hasta hace relativamente poco han funcionado como un complejo granjero dedicado tanto a la agricultura como a la explotación ganadera (la granja Poldrissick, si copias y pegas el título en Google Earth te lleva directamente). Un matrimonio lo compró hace algunos años y poco a poco han ido reformando con sus propias manos algunos de los edificios hasta convertirlos en confortables casas totalmente equipadas y modernas que alquilan (incluyendo mermeladas artesanas, un par de botellas de vino y... ¡bizcocho de bienvenida casero, ñam-ñam!). Cuando llegamos le pillamos al hombre subido al andamio reparando la siguiente casa. Tanto él como la mujer nos dieron una cálida bienvenida, nos enseñaron la casa y nos explicaron la historia del lugar. Les hizo especial ilusión alojar a unos arqueólogos de la arquitectura. Resulta que todo un muro de la casa se conserva desde por lo menos el siglo XVI y esto se sabe porque mantiene unas pinturas datadas en esa época. Actualmente están tapadas para quedar protegidas excepto un pequeño fragmento que han dejado de muestra en el salón-comedor: si no tienes ningún dvd, ni vídeo, ni encuentras una emisora que te guste en el stereo o no te apetece ver ninguno de los cientos de canales de la tele satélite... puedes abrir una portezuela y disfrutar de 'tu propio' fresco del XVI. Jojojo. ¿¡¡¡Flipante, no!!!? Así que esta semana hemos estado alojados en un patrimonio protegido por el gobierno. Al margen de las pinturas (y mira que me es difícil mantenerme al margen de eso) el resto era genial: todo nuevo, lleno de detalles...

A pesar de todo esto, lo mejor ha sido sin duda el entorno. Delante de casa teníamos un prado grande con un merendero, un césped verde y limpio que dan ganas de aliñarlo y comérselo allí mismo como las vacas, un par de estanques en un pequeño torrente, columpios para los niños y a unos metros el río haciendo estuario con una orilla que ofrecía un sendero por el bosque en cuyo recorrido encontrabas más edificios antiguos, canteras, un barco encallado y viejísimo, algún lago interior y pequeñas islas (y peligrosas por el fango) de hierba por las que se podía andar a saltos y encontrarte toda clase de aves acuáticas silvestres y algún conejo que salió corriendo cuando nos vio. No te imaginas lo que es llegar del trabajo y decir "me voy a dar un paseo" y caminar por ahí. Acostumbrado a compartir habitación con doce camas en un albergue juvenil o a dormir en una habitación llena de bichos en la excavación que disfruté en Italia (con algún que otro murciélago curioso, escorpiones pequeñitos y polillas nocturnas tan grandes que se podrían comer un pájaro de un bocado) ahora me siento 'culpable' de alojarme en lugares así, tan pijos y súper snobs. De verdad que no me olvido de donde vengo, que yo soy de barrio bajo y cole público, tranquil@ visitante que no me voy a volver muy británico (como me dice mi hermana mayor). A lo largo de los próximos días incluiré unas fotos de todo esto para que no tengas que imaginártelo y puedas disfrutarlo al menos un poquito.

Esta semana permaneceré en Oxford, trabajando en el edificio de la compañía. Y para la semana siguiente ya me han dicho otro posible yacimiento como destino pero aún no es seguro. El caso es que este viernes 6 y el lunes 9 tengo días libres por Semana Santa y creo que aprovecharé para visitar la ciudad y conocer algunos de los sitios más emblemáticos. Por cierto, ¿te dije que los coches aquí tienen el intermitente y las luces a la izquierda como en todos los países? Pues me he informado bien y resulta que no es así siempre: algunos coches lo tienen también cambiado. ¿Qué cosas, eh? Lo primero que tienes que hacer cuando te subes a un coche desconocido es mirar si las luces están a la izquierda o a la derecha. Y otra cosa: aquí los semáforos también se ponen en ámbar cuando pasan de rojo a verde. ¿Para qué?